jueves, junio 19, 2008







El 13 de junio de 2008, fue nuestra primera excursión destinado a la Ciudad Señorial, Ponce. En el cual visitamos El Castillo Serrallés, el Jardín Japonés y la Cruceta del Vigía.





En Ponce, la majestuosa ciudad señorial, se levantó con orgullo en la década del 1930 el Castillo Serrallés. Así lo dispuso la voluntad de Don Juan Eugenio Serrallés e hizo de esta joya arquitectónica el hogar de su familia durante los años del gran desarrollo de la industria en Puerto Rico. El arquitecto puertorriqueño, Don Pedro Adolfo de Castro y Besosa, plasmó en este diseño, una serie de elementos que se tomaron del mundo árabe-español, utilizando el estilo arquitectónico conocido como "Spanish-Revival" (Resurgimiento Español), desarrollado en Estados Unidos para la misma época.

En el interior de la casa puede apreciar, entre otras cosas, un acogedor vestíbulo o recibidor con muebles de la llamada "alta época", una elegante sala formal, varias alcobas, una terraza superior desde donde se observa una vista impresionante de la ciudad de Ponce y del Mar Caribe, varios torreones de gran presencia y un patio interior sin rival en Puerto Rico.

El Museo, a su vez, presenta una serie de exposiciones temporeras y una exposición permanente titulada "La Hacienda Mercedita" para el disfrute y enriquecimiento cultural del público visitante.

El Castillo pertenece al Municipio de Ponce y lo administra como Museo el Patronato de Ponce, una organización sin fines de lucro, que proviene del sector privado y que está comprometida con la cultura y el turismo ponceño.



Apartado de los suburbios se encuentra el Jardín Japonés, localizado frente al estacionamiento de la Cruceta del Vigía, ocupa un espacio de 2,223 metros cuadrados aproximadamente. El mismo representa la naturaleza y la filosofía japonesa. Todos los elementos del jardín buscan el equilibrio y la armonía. Ayudarán a que la persona se encuentre espiritualmente con el silencio de la naturaleza, que libere la mente de las preocupaciones para que así se llene el espíritu. Cuenta con lagos, ríos secos, área de bonsai, puentes elevados, facilidades para impedidos, área para actividades con un gazebo que está dentro del agua y muchos otros elementos que lo complementa para el disfrute de todos.


En el 1801, la Isla se encontraba bajo el régimen español y las frecuentes amenazas de ataques corsarios los obligó a construir un puesto de vigilancia en lo alto de un cerro, al norte de la Ciudad de Ponce. En éste se construyó un bohío y a su lado una cruceta para izar banderas que avisaban de la cercanía de barcos y su lugar de procedencia; de esa manera el comercio sabía de la llegada de embarques, mientras que las autoridades militares podían prevenir posibles ataques.

El Cerro El Vigía fue vital en la vida social de todos los ponceños; no solamente por la seguridad del lugar, sino que:
Sirvió de refugio en una tormenta el 12 de septiembre de 1738 y en el terremoto del 10 de mayo de 1787.

El 18 de noviembre de 1867, el mar se adentró en Ponce, y el Sector El Vígia sirvío de refugio y salvación a los ponceños.

El 25 de enero de 1899 muchos ponceños huyeron hacia El Vigía cuando las tropas norteamericanas ordenaron la evacuación de la ciudad y se originó el "Fuego del Polvorín".

Hoy día, se levanta cerca del lugar, una nueva estructura como hecho simbólico de aquel bohío rústico que sirvió de guardián vigilante a la Ciudad Señorial.
La Cruceta tiene una altura total a nivel del mar de unos 300 pies (91.4 metros), sin embargo, la estructura por sí sola alcanza unos 100 pies (30.5 metros). La subida en el ascensor es de unos 77 pies (23.5 metros).

La Cruceta pertenece al Municipio de Ponce. La administra y la opera el Patronato de Ponce, una organización sin fines de lucro, compuesta por un grupo de ciudadanos interesados en contribuir al quehacer educativo e histórico de la Señorial Ciudad de Ponce.

Definitivamente los estudiantes aprendieron y gozaron muchísimo con sus compañeros. Espero que se animen y lo visiten también.


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